La revuelta como devenir
A través de los ojos de los que luchan, las revueltas son la justificación misma de su propia existencia, no meramente una herramienta o un motor de cambio, sino la materialización de un deseo radical que no puede ser articulado de otro modo. Desde mi perspectiva, no se trata de una elección calculada, sino de una erupción de lo que es reprimido, una manifestación de la vida que se rebela contra las estructuras que la constriñen. No hay un "porqué" racional en las revueltas, sino un devenir. Como sugieren Deleuze y Guattari, la revuelta es un flujo de deseo que rompe con las líneas de segmentación y control. Es una máquina de guerra que se opone al aparato de Estado, no para tomar el poder, sino para desterritorializarlo. En la tradición de las protestas en Francia, desde el 68 hasta las actuales, vemos cómo el Estado intenta reprimir este deseo, pero este siempre encuentra nuevas líneas de fuga, nuevos modos de expresión. Es un flujo que no se detiene, un devenir revoluciona...