Cuando hablamos de la Patria, pocas personas coinciden en su opinión, por el simple hecho de que no está muy claro el concepto de Patria; a través del tiempo han surgido multitud de definiciones, cada cual más dispar. Es muy difícil ante éste panorama concretar, para después poder opinar legítimamente.

Desde mi perspectiva, la definición que más se aproxima a definir un concepto tan abstracto y metafísico, es la del maestro Ortega y Gasset.

Pero centrándonos más en el problema que intento resolver, busquemos los motivos concretamente que han arrastrado a la sociedad española actual a, no ya solo no creer en la patria y en la Nación, sino incluso llegar a odiarla.

¿Cómo hemos llegado a este punto? Hay una frase de Ramiro Ledesma Ramos que dice: “Solo los ricos pueden permitirse el lujo de no tener patria.” Sin embargo, parece demostrado que este aforismo es más bien al contrario. Solo los ricos pueden permitirse el lujo de tener patria. Así queda explicado el momento actual. Estamos ante una época donde el progreso, la globalización, y el capitalismo, alcanzan un culmen sin precedentes e inimaginable, pero también sufrimos una degeneración y una uniformidad supremas. El Estado actual es tan decadente, que los valores han sido sustituidos por la estupidez y la avaricia, y el hombre de a pie, mientras tanto, culpa al país en sí, a España, en vez de culpar al verdadero causante: el Estado de pseudo-democracia inorgánica y bipartidista, donde los de siempre continúan repartiéndose el pastel gubernamental y acusándose unos a otros. Esta es la principal causa del odio a la patria. Nos vemos encerrados dentro de ella, en un estúpido alarde de ignorancia, como si la nación como ente fuera la culpable de las desgracias que tenemos que soportar día tras día.

¿Llegará el momento en el que abramos los ojos, y podamos discernir la verdad que asoma en el horizonte, tan hábilmente cubierto por la sombra que los políticos han tejido entre mentiras? Mientras tanto, los gobernantes elegidos a dedillo deciden la manera de hundirnos un poco más alzándose ellos, para instigar ese odio a la patria de los oprimidos y desgraciados, que nos distrae de su completa culpabilidad, y así garantizar su propia permanencia en el poder. Hasta que no veamos esto, jamás podremos armonizarnos como auténtica “unidad de destino” histórico en lo universal.

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