Siempre te esperaré... (hasta que el tiempo desgaste mi existencia)
Cuántas horas más tiene que vomitar el reloj.
Cuántos rumores de olas tengo que escuchar en mi corazón.
Los pensamientos se me desgranan en los labios, prisioneros del vacío insondable de mi amor, en espera del abrazo, del beso, y de la cálida mirada que me regalarás.
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