Sobre la Sed de Aniquilación, el nihilismo virulento, y Nietzsche, sobre todo Nietzsche


Leo estos días el ensayo de Nick Land sobre la filosofía de Georges Bataille, titulado "Sed de Aniquilación, un Ensayo sobre Religión Atea", que por cierto, es traducción de Materia Oscura Editorial, y que realmente se publicó en lengua inglesa en 1992. Esto demuestra la falta, hasta ahora (ya que gracias a estas editoriales, vamos teniendo nuevo material traducido y editado), del interés filosófico actual, y sobre todo, sobre el grupo surgido en la universidad de Warwick, la Unidad de Investigación de Cultura Cibernética (CCRU), y del aceleracionismo en general, con todas sus distintas vertientes.

Bataille sigue la senda de Nietzsche, según el estudio de Land, y no sólo afirma que Dios ha muerto, sino que nosotros mismos, los humanos, lo hemos asesinado, en un éxtasis de aceleración, de orgía destructiva en la que toda la sociedad tenemos las manos manchadas de sangre divina.

Sin embargo, Land escribe "Sed de Aniquilación", cuando yo más bien diría, "Sed de Inmortalidad"; hemos matado a Dios, si, pero para ponernos a nosotros en su trono.

Ansiamos la vida eterna, las teorías transhumanistas cobran peso, y si vencemos al tiempo y a la muerte, ¿De qué nos hace falta un Dios inútil, si la humanidad misma habrá alcanzado el estatus de "theos", de Dios en si mismo, de forma física y metafísica, ontológica y epistemológica? Más allá, Descartes, Leibniz, e incluso el propio nihilismo atronador de Nietzsche, se quedan pequeños.

Hace unos cuantos años, en 2018, un médico chino usó la tecnología CRISPR (en inglés clustered regularly interspaced short palindromic repeats, en español "repeticiones palindrómicas cortas agrupadas y regularmente interespaciadas") para modificar genéticamente a dos mellizas para que fueran inmunes al virus del VIH. Fue encarcelado por el gobierno chino. Dos años después, en 2020, las creadoras de dicho sistema de modificación genética, Jennifer Doudna y Emmanuelle Charpentier (ojo, dos mujeres, para tener en cuenta), ganan el Premio Novel de Química. Al final, la tecnología y la ciencia se va abriendo camino, en nuevos vectores inimaginables. 

El intento frustrado de una sociedad retrógrada y temerosa, va cayendo por su propio peso, ante el avance. Eso si, no hay que bajar la guardia y dejar que el poder del neoliberalismo se haga con el poder de dichas  tecnologías; y aquí entra en juego otros dos nuevos factores, la política y la economía, que en realidad son los "entes" más importantes. El avance tiene que ser por y para el pueblo, como demuestra el uso económico, barato y libre, de la modificación genomática de CRISPR, el desarrollo de las teorías cuánticas de permanencia a nivel del ciberespacio, el biohacker, el ciborg autogestionado y mejorado. Cualquier forma de control, tanto por patentes, empresas, o gobiernos, debe de ser eliminado. Sobrepasar los límites impuestos por un cuerpo, y por ende, de un ataque "moral", o mejor dicho, "religioso", es inútil, y el tiempo dictará al respecto.

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