Micronaciones, Cibernética y otros subrepticios On-line. Breves apuntes.

Sería interesante darle una vuelta al concepto y entidad de micronación, más allá de la idea histórica que puso en el mapa nombres como Sealand y su plataforma marina, o la Isla de Rosas, y otras tantas más, micronaciones físicas, al fin y al cabo, más o menos alejadas del concepto que yo busco, más cercano al mundo virtual y las redes. Existen unas cuantas virtuales, es cierto, cibernaciones como Wirtland o Freedonia pero no dejan de ser comunidades online, más cercanas al foro de Internet, que al concepto virtual en sí mismo que busco, mucho más amplio para explorar y teorizar, mucho más rico en matices y variantes.

En ocasiones me siento frente al ordenador y pienso en que, si en Internet y en las redes podemos crear o participar de micronaciones virtuales como he dicho antes, ya sea en foros, juegos online, chats y demás, el propio ordenador, el PC en sí mismo es una micronación que unifica lo virtual con lo físico, puesto que tiene la capacidad de comunicarse con otros ordenadores/micronaciones a través de la red, pero al mismo tiempo tiene su espacio físico en miniatura, puertos de entrada, salida, placas base que actúan de ciudades reducidas, con sus chips y tarjetas/edificios/rascacielos. Cada uno tenemos una propia micronación en nuestra casa, y todos somos presidentes de ellas. Su tamaño es diminuto, apenas unos milímetros del disco duro de un ordenador. Pero sus fronteras virtuales pueden llegar a ser infinitas.

Podemos servirnos de estas trincheras cibernéticas en la guerra contra el capital. El neoliberalismo se desarrolla cada vez más en el mundo digital, capitalismo de plataformas, abstracción libidinosa tentacular, pierde cada vez más la forma y se sustenta y se alimenta de las redes. Cibernaciones virtuales, repúblicas etéreas, micronaciones.net que luchen y resistan contra el monstruo, se filtren, se infiltren en el sistema. Gliches y fallos en la matriz que surgen dentro de la propia maquinaria. Utopía Cyberpunk elevada a la máxima potencia digital.

Dentro de las micronaciones virtuales, creo que podríamos hacer un símil con nuestra propia mente y su entorno, lo que percibe. Es nuestro propio mundo virtual, un mandala independiente constituido por nuestros pensamientos diarios, rutinas, recuerdos, ambientes, sentimientos, y paralelamente con espacio físico incluido, ya sea el hogar o los lugares comunes. La mente es Nación, nuestro hogar es Nación. Esos tres ejes principales conforman el triángulo de las micronaciones, en su aspecto cibernético, mental y físico. Creamos universos para habitarlos, para expandir más los límites.

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