¿Por qué seguimos perdiendo? Un análisis de la Izquierda actual en España


Resulta curioso, en los tiempos que corren, y en plena pandemia global, de reestructuración de sistemas y de reorganizar prioridades, realidades, proyectos y afectividades personales, cómo se está poniendo cada vez más en evidencia también el propio sistema económico neoliberal, y no sólo económico, las fisuras en efecto empiezan a verse en todas partes, en los gobiernos, en la salud global, en los flujos de producción industrial y post-industrial, y en todos los resquicios donde tamaño "monstruo" echó raíces, que no son pocos. 

Sin embargo, y aquí me centraré en España, y si acaso extrapolarlo al resto de Europa, ¿Por qué no somos capaces de plantear una alternativa de izquierdas que sea capaz de sobrepasar la miseria ideológica que compone el neoliberalismo, una alternativa real, posible, pero sobre todo "nueva", que no sea "anti-capitalista", y esto es importante, sino que "sobrepase" al capitalismo, que sea "post-capitalista"? Y al contrario, el conservadurismo que va de la mano del mismo neoliberalismo y la ultra-derecha populista, cada vez son más fuertes y más visibles, a pesar de la corrupción, a pesar de que sabemos que no les importan las vidas humanas, sino el negocio, la economía y el sistema. Tenemos multitud de encuestas hechas desde marzo hasta ahora para corroborarlo.

¿Qué estamos haciendo mal desde la izquierda? Volvamos un poco atrás. La crisis económica de 2008 ya dejó en evidencia lo nocivo del sistema económico. Y lejos de cambiarlo, el gobierno, fiel lacayo, lo reanimó con el Rescate Bancario. Dinero público, para rescatar empresas privadas. El Estado, alimentando a un sistema económico que por definición aspira al libre mercado total, que por principios está en contra de la intervención del Estado, a no ser que sea para crear nuevos mercados que antes eran públicos. Todo quedó en evidencia, los ciudadanos perdieron la venda que les hacía ignorar el funcionamiento de el "Gran Otro", el sistema neoliberal, y llegó el 15-M como un soplo de aire fresco, como una revolución transversal que aspiraba a cambiar muchas cosas. La ilusión nos invadió a muchos de nosotros, ansiosos de recuperar el futuro que nos estaban robando. pero no cambió nada.

Nació Podemos, y no tardaron en recoger el testigo heredado del 15-M, pero primero se ahogó con su forma asamblearia de democracia directa de hacer políticas, que se convirtió en pura burocracia, y luego, tras su progresiva ganancia en votos, terminó su corto camino siendo asimilado en el propio sistema, siendo absorbido por aquello que venía a cambiar, neutralizadas sus ideas más originales y novedosas, en pos de los mismos errores, los mismos intentos estériles de las políticas de izquierda tradicionales, como su asimilación de Izquierda Unida, que sólo sirvió para anular lo que de novedoso traía la formación moradapequeños parches de ideas socialdemócratas que funcionan a corto plazo, pero que ya fueron superadas por los nuevos tiempos. Los morados entraron en el juego, y de ahí es muy difícil salir. 

Las viejas ideas socialdemócratas, de izquierda tradicional, herederas de un marxismo más o menos moderno, de Gramsci, de los antiguos laboristas británicos, incluso, aunque en menor medida, son políticas de otros momentos históricos, son intentos estériles y una forma nostálgica de cambiar el capitalismo. Su base ideológica más importante pasa por tomar como propias reivindicaciones localistas, de lo que Nick Srnicek y Alex Williams llamaban "política folk" en "Inventar el Futuro", a saber; ideas que funcionan muy bien a nivel regional, de colectivos horizontales, pequeños intentos de crear oasis utópicos en huertos urbanos, comunidades autogestionadas y un largo etcétera. No crean alternativas, en definitiva, suponen simplemente un intento de resistencia ante la ultra-derecha y al neoliberalismo. Sin embargo, resistir contra algo implica que ese algo es superior, es un gesto defensivo y reactivo, y por lo tanto, no plantean una alternativa, un proyecto destinado a suponer un camino distinto. Derrotar a las derechas y al neoliberalismo pasa por construir un nuevo sistema por encima de ellos, sólido y que funcione, en esa tarea la resistencia no es suficiente.

"Si no entendemos cómo funciona el mundo, el mandato de la política folk es reducir la complejidad a una escala humana. [...] los textos de la política folk están saturados de llamado a regresar a la autenticidad, a la inmediatez, a un mundo que sea "transparente", "de escala humana", "tangible", "lento", "armonioso", "sencillo" y "cotidiano". Esta forma de pensar rechaza la complejidad del mundo contemporáneo y rechaza también la posibilidad de un mundo verdaderamente post-capitalista." Nick Srnicek y Alex Williams.

Hace ya tiempo que en la izquierda existe este profundo agujero, y el primero que se dio cuenta de este problema fue el crítico y pensador británico Mark Fisher en su ensayo "Realismo Capitalista" seguido de los ya nombrados Nick Srnicek y Alex Williams. Ellos mismos analizaron el éxito que tuvo el neoliberalismo, teniendo en cuenta que antes de que en Chile se iniciaran los primeros experimentos neoliberales era una corriente minoritaria, despreciada inclusopara desplegarse totalmente después gracias a políticos como Margaret Thatcher y Ronald Reagan, y llegaron a la conclusión de que para que una nueva ideología pueda ser tomada en cuenta, pueda prosperar y suponer una verdadera alternativa, pasa por la utilización de los llamados "think tank" o grupos de opinión, laboratorios de ideas, y en definitiva, grupos de expertos que creen influencia, desarrollen un pensamiento nuevo, y puedan filtrarlo a la sociedad. No profundizaré más, porque un comentario al respecto ya se encuentra en el mencionado anteriormente "Inventar el Futuro".

La derecha lleva décadas utilizando éstos recursos, hasta Vox en estas semanas ha creado su primer "think tank" ultra-derechista, lo que demuestra que saben utilizar bien sus herramientas, y lo que explica cómo vuelven a tener influencia y a convencer, incluso hasta a los votantes más empobrecidos por el propio sistema neoliberal que defienden. La derecha no es tonta, tiene recursos, y hoy en día hasta se sirven del humor negro en redes sociales, de los bulos inmediatos y de los memes que se difunden en internet como virus. Al respecto, recomiendo el ensayo de Daniel Treviño llamado "La Memeización de la Política" donde profundiza en esta idea.

Otro de los motivos de la curva ascendente de las derechas y de la descendiente de las izquierdas se explica fácilmente en el estancamiento de los ciudadanos. Hace ya años que en neoliberalismo nos ha robado las esperanzas de futuro. El pesimismo es la tónica imperante en las clases medias y bajas de la sociedad. El capitalismo, como bien explica también Mark Fisher, privatizó la salud mental, generando una depresión generalizada y una alienación total. La enfermedad mental es la tónica general del sistema, y aunque el motivo sea el propio sistema, nos dicen que la culpa es individual y sólo podemos salir de ella de forma individual, es decir, sólo nosotros mismos podemos salir del agujero. Todo esto ha generado que la sociedad haya perdido toda esperanza en el cambio, se contente con lo mismo de siempre, las mismas opciones caducas, se aferre lo que ya conoce, y encima tenga un sentimiento de dependencia; aquello que le genera disgustos, es el único estímulo que tiene en un mundo deslibidinizado. 

Se tiende a demonizar el populismo, pero el componente de populismo que posee la derecha moderna es precisamente uno de los factores de su éxito. Tiene que ser también una herramienta. En palabras de Fisher: "[...] la necesidad de un populismo de izquierda: limitarnos a combatir de manera reactiva una agenda establecida por la derecha nos mantendrá en desventaja por siempre. Tener los mejores argumentos es solo una parte de la batalla; si hay algo que la derecha entendió -incluso esta degenerada, incompetente y apenas funcional derecha- es el poder encantador de repetir un simple mensaje"

¿Qué soluciones tenemos? ¿Cómo superar el handicap que llevamos lastrando desde hace ya demasiado tiempo? A través de los problemas analizados, es fácil encontrar alternativas; no me corresponde a mí marcarlas, pero pensando y recuperando el futuro, el horizonte es muy amplio. Las recientes teorías filosóficas de Realismos de nuevo cuño, el Aceleracionismo de izquierdas, y los Xenofeminismos (recomiendo encarecidamente el ensayo "Xenofeminismo. Tecnologías de género y políticas de reproducción" de Helen Hester, perteneciente al colectivo Laboria Cuboniks) son buenas bases ideológicas de donde, a través de los mencionados "think tanks" se pueden extraer y modelar infinitas alternativas políticas: Automatización y reapropiación a través de las nuevas tecnologías (tecnomaterialismo) y eliminación del trabajo, Rentas Universales Vitales, abolición de género desde una perspectiva antinaturalista, defensa y construcción de una libertad sintética, creación de políticas y proyectos universalistas y recuperación de la modernidad, son algunos ejemplos a desarrollar. Que no nos de miedo la crítica, sólo así tendremos futuro.

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