Resistencia desde las fronteras tecnológicas
"Son las nueve de la mañana de un día cualquiera. Con un café con leche sobre la mesa, enciendo mi ordenador. Repaso una montaña de apuntes de programación garabateados, me quedo un rato meditando si modificar alguna línea de código para después entrar en varios foros de discord. Rebusco entre los distintos hilos y encuentro, casi por casualidad, un programita muy interesante para realizar mailbombing." Ésta podría ser perfectamente la vida de cualquier persona, incluso la vuestra o la de cualquier conocido. Aunque no nos demos cuenta, en lo más profundo de la red, entre hackers y otros ciberdelincuentes con doble vida, también están ciertas personas que utilizan ciertas herramientas con el objetivo de acelerar y colapsar el propio sistema para conseguir su colapso.
En el capitalismo contemporáneo, los aceleracionistas aprovechamos las herramientas que el sistema mismo ha creado para infiltrarse y desestabilizar sus estructuras. Hackers, biohackers, criptomonedas y la piratería cultural actúan como agentes de disrupción, utilizando tácticas de subterfugio y sabotaje para evitar ser neutralizados por el capital. Sin embargo, este enfoque es un arma de doble filo: estas tácticas corren el riesgo de ser absorbidas por el neoliberalismo, que tiene una habilidad única para mercantilizar y cooptar las resistencias que se le oponen.
Neorreactividad
Forzando al capital a su propia fragmentación
La neorreactividad se presenta como una estrategia para explotar la velocidad inherente del capitalismo. El sistema se ve obligado a adaptarse constantemente a microcrisis, y los aceleracionistas usan estas adaptaciones en su contra. Este fenómeno se ve en la piratería cultural, donde los flujos de información y los productos mediáticos son reconfigurados y redistribuidos para crear contradicciones en la narrativa oficial. Se trata de insertar fragmentos que causen disrupción y desvíen el flujo natural del capital, forzándolo a operar en condiciones que le son desfavorables.
Además, esta táctica se extiende al uso de software libre y plataformas descentralizadas para minar la autoridad de las corporaciones tecnológicas, las cuales se ven obligadas a innovar constantemente para mantener su control sobre el mercado. Los aceleracionistas buscan empujar al sistema hacia un colapso por saturación y contradicciones internas, utilizando su propia inercia en su contra.
Tecnofagia
Canibalización de las herramientas capitalistas
El concepto de tecnofagia implica la apropiación y transformación radical de las tecnologías creadas por el capital. Herramientas como la inteligencia artificial y la automatización, inicialmente diseñadas para aumentar la productividad, son reconvertidas para fines disruptivos que socavan las estructuras de poder. Por ejemplo, los biohackers utilizan CRISPR para diseñar organismos fuera del control corporativo, desafiando las normas y regulaciones impuestas por las grandes farmacéuticas y empresas biotecnológicas.
La tecnofagia también se manifiesta en el desarrollo de tecnologías descentralizadas como las redes de blockchain, las cuales permiten la creación de mercados alternativos que operan fuera de la economía oficial. Estas plataformas se vuelven campos de experimentación donde los usuarios desarrollan modelos económicos que subvierten las monedas centralizadas, buscando crear economías de resistencia que escapen al control financiero global. Sin embargo, estas mismas economías enfrentan el riesgo de ser absorbidas y mercantilizadas, como ha sucedido con el Bitcoin, que pasó de ser una herramienta de resistencia a un activo especulativo más.
Hiperstición
Ficcionando el futuro como táctica subversiva
La hiperstición, o la capacidad de las ficciones para materializarse en la realidad, se convierte en una táctica clave para los aceleracionistas. Esta técnica implica la creación de narrativas especulativas que interfieren con las estructuras del presente, afectando el futuro. Las criptomonedas son un ejemplo evidente: lo que comenzó como un experimento de descentralización financiera se ha convertido en un fenómeno global que ha alterado significativamente los sistemas bancarios tradicionales.
Los aceleracionistas usan hipersticiones para crear escenarios que, aunque inicialmente ficcionales, pueden ser implementados y materializados para producir nuevas realidades. El riesgo radica en que estas narrativas, si no son cuidadosamente gestionadas, pueden ser cooptadas y convertidas en nuevas formas de control. La hiperstición debe entonces permanecer en un estado constante de mutación para evitar su estabilización y captura.
Desertificación cibernética y redes alternativas
Las plataformas digitales centralizadas se han convertido en herramientas de captura cultural y social, produciendo desiertos donde las relaciones humanas son transformadas en flujos de información comercializable. La desertificación cibernética describe cómo las corporaciones y gobiernos utilizan estas redes para territorializar y mercantilizar todas las formas de interacción social. En respuesta, los aceleracionistas desarrollan redes alternativas como las darknet, que operan fuera del alcance de la vigilancia masiva y crean espacios para la experimentación cultural.
Estas redes alternativas no solo permiten la circulación de información y bienes fuera del control capitalista, sino que también actúan como laboratorios para la disidencia digital. Son espacios donde se pueden probar y desarrollar nuevas formas de vida que desafían las normas y valores impuestos, convirtiendo el uso de la tecnología en un acto de resistencia.
Criptomisticismo
Narrativas Ocultas en la Era Tecnológica
El criptomisticismo surge como una fusión de tecnociencia y simbolismo esotérico, utilizando elementos de misterio y ocultismo para desviar el control capitalista. Este enfoque propone que las comunidades de hackers y biohackers empleen un lenguaje cifrado, oscuro e inasible que evite la captura y cooptación por parte de las autoridades y las corporaciones. Las tecnologías como las criptomonedas, la manipulación genética y las redes descentralizadas se entrelazan con narrativas místicas, creando un aura de secreto y resistencia.
Estas narrativas permiten que las tecnologías se usen de formas inesperadas y no previstas por el capital, creando espacios donde el control es desactivado y la innovación puede florecer en términos que escapan a la lógica neoliberal. La mística de estas prácticas desvía la atención de su verdadero potencial subversivo, protegiéndolas de ser capturadas y mercantilizadas.
Renta Básica Universal y la apropiación de la ciencia y tecnología
La Renta Básica Universal y la Renta Mínima Vital son propuestas que buscan redistribuir los recursos y el tiempo de trabajo en una sociedad dominada por el neoliberalismo. Los aceleracionistas ven en estas políticas una oportunidad para desactivar el control y la alienación impuestos por el capital, permitiendo a las personas recuperar tiempo y libertad para experimentar con nuevas formas de vida y organización social.
En lugar de ser simplemente un mecanismo de control social, como podría ser interpretado bajo el paradigma neoliberal, la renta básica se convierte en una herramienta de emancipación si es apropiada por movimientos que busquen realmente liberar a las personas del trabajo alienante y las estructuras de deuda. La ciencia y la tecnología, en este sentido, son reapropiadas y reorientadas para desarrollar plataformas que permitan una autonomía económica y vital más allá de las limitaciones impuestas por el capital.
Espectropos y el retorno de las ideas subversivas
Los espectropos representan las fuerzas subversivas que el capital ha intentado neutralizar a lo largo del tiempo. Estos restos de tecnologías, narrativas y movimientos revolucionarios son invocados por los aceleracionistas para reactivar su potencial disruptivo. Es como si, en un acto de necromancia tecnológica, se trajeran al presente ideas que nunca lograron ser totalmente asimiladas, dándoles una nueva vida y propósito en el contexto actual.
El papel del aceleracionismo en este sentido es el de un hacker cultural, que invoca y redirige las fuerzas residuales del pasado para atacar y descomponer las estructuras del presente. Estos espectros operan en los márgenes, en lo imperceptible, donde las narrativas oficiales no pueden alcanzarlos.
Desubicación espacial y temporal
Manipulación cultural como resistencia
La desubicación espacial y temporal es otra táctica aceleracionista que desafía la linealidad del tiempo y la centralización espacial impuesta por el capitalismo. La narrativa neoliberal se basa en una percepción de tiempo lineal que promueve la eficiencia y el progreso constante. Los aceleracionistas contrarrestan esto utilizando técnicas como el sampling y la manipulación digital para fragmentar y reconfigurar la percepción del tiempo y el espacio.
En lugar de adherirse a una visión de progreso ordenado, estas tácticas crean rupturas y discontinuidades que abren nuevas posibilidades para imaginar y experimentar formas de vida y organización social alternativas. Al desarticular la relación entre tiempo, espacio y producción, los aceleracionistas buscan desactivar las territorialidades y temporalidades impuestas por el capital.
La lucha en el subterfugio
En un mundo donde el capital parece tener la capacidad de absorber y neutralizar cualquier forma de resistencia, el aceleracionismo se presenta como una estrategia para infiltrarse y desestabilizar el sistema desde dentro. Utilizando las herramientas y narrativas del capital en su contra, los aceleracionistas buscan mantener abiertas las posibilidades de una transformación radical, siempre en el límite de lo asimilable. La lucha consiste en mantenerse en movimiento, cambiando constantemente de forma y táctica, para evitar la captura y asegurar que el capital nunca pueda estabilizar completamente sus estructuras.
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